mayo 31, 2007

EDUCACION Y VALORES

Una Pedagogía valórica es actualmente una necesidad personal y social inmediata. La importancia de su desarrollo en los distintos niveles de la educación es fundamental para el logro de los objetivos de carácter comunitario, para una convivencia social y familiar armónica. Por lo tanto si relacionamos la reflexión anterior con la forma de llevar a cabo la Educación, debemos decir que tenemos como base fundamental en la nueva concepción pedagógica a la persona, que debe estar en el centro de ésta modificación de la enseñanza, es decir, cualquiera sea la situación de la persona, ella merece ser respetada en todas las etapas o situaciones, no tan solo escolares, sino en este como cualquier otro ámbito. Debe vivir en una época de continuos cambios de su condición en la sociedad, respetando a los demás como a si mismo. El alumno debe sentir el respeto de su profesor y sus compañeros, para que de esta manera asuma el concepto de respeto en su núcleo familiar y en su inserción comunitaria, con sus amigos extraescolares, de su vecindario, centros de carácter deportivo en que participa, ayudando a evitar o superar conflictos familiares, o de otro tipo, desarrollando el respeto y solidaridad con el débil, el anciano, el minusválido, creando así una cultura de la solidaridad. Una mayor participación en su formación significará para el propio alumno el desarrollo de potencialidades, que le van a capacitar en la toma de decisiones de distinto carácter, ya sea aportando con su creatividad en el trabajo, responsabilidad en funciones ciudadanas futuras, etc. Una alumno en un espacio de participación mayor, le será más fácil tener capacidad de critica para saber distinguir lo injusto de lo justo, y tomando la autocrítica como medio para evaluar sus acciones, cuyo logro será reparar en parte, lo negativo que pudo tener en un momento su accionar. El modificar la conducta del educador actual, es vital, ya que en muchos casos implica alterar su concepción de lo que es educar, como por ejemplo; el dejar de imponer ciertas materias y contenidos, sin exigir reflexión del alumno. Manteniendo una concepción de educación memorística, que es negativa para el logro de una educación valórica. El no creer en el alumno como un ser pensante, reflexivo, va a ser el principal problema de la concepción pedagógica anteriormente citada como negativa, frente a una educación valórica. El verdadero profesor, que es alumno permanente, debe enfrentar y superar dicha concepción negativa, que entra en conflicto con la visión valórica que se pretende desarrollar a través de la Reforma Educacional, fortaleciendo no tan sólo la educación, sino la convivencia social. En síntesis, podemos observar la importancia que recobra el hecho de la educación como fenómeno social, hoy en día es trascendental en su función de formar personas, donde la conducta humana individual o social, tienen una expresión valórica que no debe reducirse a teorías cognoscitivas o del aprendizaje, sino más bien a crear una pedagogía de los valores, que permita a los alumnos vivenciarlos cotidianamente, teniendo por objetivo una educación personalizada, humanista y significativa; en donde el alumno tenga libertad de iniciativa y la posibilidad de aprovechar las situaciones de interacción social para su propio crecimiento, escogiendo actividades que se adapten mejor a sus condiciones, que una educación autoritaria, en donde todo le es impuesto al alumno. Sí tenemos un concepto de hombre, como ser libre, responsable y digno ; los medios a utilizar en la enseñanza serán diferentes que si nuestro concepto de hombre es el de un ser controlable, manipulable. Surge aquí una relación del concepto de hombre al que sirven los objetivos de la enseñanza, los fines de la educación y los medios para llevarla a cabo, lo que en si ya implica una cuestión ética y valórica. Plantearse una pedagogía de los valores es plantearse el problema de la persona humana, en su individualidad y diversidad social, lo que constituye una tarea enorme, en una época en que priman los dIsvalores, en una sociedad que cada día se vuelve más deshumanizante. Quizás aquí el desafío de la educación y su reforma, formar hombres nuevos para una humanidad nueva. Profesor de EGB.

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